Caí

No sé cómo comenzar, se me hiela la sangre cada vez que pienso en lo inútil que es aferrarse a algo, a lo que sea, cosas materiales, algún dios, las personas, los sentimientos. Saber que diste y pudiste dar tanto por una persona y que tú no significaste nada, solo un disco pare en su carrera, solo un juguete que deshechó en alguna de las tantas navidades (lo sé, metaforas absurdas...).

Llevo diez, nueve pasos en este recorrido de luces polvorientas, cuando creí que el barro no era más que tierra y agua cuál disolución de la vida y la no vida, me encontré sin poder moverme, sin tener la menor idea de dónde ir y de dónde venía, me caí, me caí no por querer volar muy alto, me caí por volar muy cerca del barro, tanto que se comenzaron a pegar mis alas (o el intento de ellas) que me fabriqué cuando llevaba trece pasos, cuándo aún creía que la vida se podía combatir si eras una libélula solitaria con alto instinto de supervivencia.

Hoy sigo sola, como siempre, pero no me quejo, no soy la única, no soy la última y no soy la que está peor.

Me caí, envuelta en desilusiones, en lamentos, en rencores, mis alas temblaron frías, las plumas

se comenzaron a despegar por el peso, se desataron por tantas lagrimas presurosas. Aunque di

más de lo que debía y recibí menos de lo que esperaba, solo lamento no haber despegado antes,

solo lamento no haberme arrojado al sol y que así la caída valiera la pena, lamento no haber encendido los brazos y haber espolvoreado el fuego por mis sienes, por el viento rebelde que me arrebata el cabello en cada grito de guerra, en cada espasmo de lucha.

Hoy me miro y no soy nada de lo que fui, no anhelo mi pasado, pero estoy consciente de que

"en el hoy están los ayeres". Hoy me agito en el susurro de mi voz, en los latidos de las carnes muertas. Hoy no soy más de lo que debo ser ni menos de lo que no debería...

Quiero saber dónde ir, si seguir por el mismo sendero, ¿estaré bien, en lo "correcto" para MÍ? Por lo menos Ícaro enamoró al mar, lo conoció y desposó, pero yo... yo solo lamento no conocer el lugar donde caí.